El Cristo de la Portería, ubicado en la capilla del mismo nombre del antiguo convento de Santo Domingo, en Santa Cruz de La Palma (islas Canarias). Esta pintura mural data del siglo XVI. La veneración del Cristo de La Portería es la más antigua de las devociones palmeras a la imagen de un Cristo crucificado. "Al parecer, y según relata la tradición, un fraile dominico solía rezar en esta capilla del convento y un día tuvo una visión sobrenatural de Cristo crucificado en la pared, lo que le llevo a perpetuar aquella imagen a pesar de sus escasas dotes pictóricas. El origen de su nombre se debe a que por ese lugar accedían los monjes dominicos a aquella construcción del siglo XV en la que originalmente se erigió una pequeña ermita dedicada a San Miguel Arcángel".
A partir de que “el fraile desconocido realizara esta pintura mural al temple en el siglo XVI, siempre fue entre los palmeros una visita obligada a este Cristo la mañana del Jueves Santo, luego fue el Miércoles Santo”. “Al ser la del Señor de La Portería la devoción más antigua de La Palma a Jesús Crucificado”, “era normal que, durante el año, y más concretamente en aquel día, los fieles lo visitaran para su veneración para así cumplir promesas por alguna gracia recibida. Estas visitas de los devotos se interrumpieron por quedar la capilla del Cristo inaccesible”. Esta pintura mural al temple representa a un Cristo, ya muerto, cuya cabeza está desplomada sobre su costado derecho. Las trazas de una muy bien dibujada corona de espinas aún puede apreciarse con toda nitidez; lo mismo ocurre con la cartela donde se lee la inscripción INRI. Debajo del Cristo aparece una banda o filacteria donde aparecía escrito en latín el lema de la Orden de los Predicadores Laudare, Benedicere et praedicare.